El Jeep bien cargadito con los bafles, guitarras, cables...., y ahora? donde nos subimos nosotros??? pues alrededor del vehículo, tipo "escuadrón-preparado-para-saltar-en-cualquier-momento". Dos de nosotros en lo alto del la barra superior, dos en los laterales y dos más en la parte posterior.... alguno iba sentado en el asiento delantero. Y venga!!! a por la siguiente actuación en Narlai (a unos 30 km de Jodhpur, Rajasthan).
La encontraríamos a una hora del hotel donde nos asentaron. En el camino mucho verde y montaña menuda a nuestro alrededor, motos y camiones yendo y viniendo con sus claxon de advertencia y/o saludo a nuestro paso, un par o tres de pueblos que dejaron de beber xai a nuestro paso (y saludarnos muy simpáticamente por supuesto), incesantes grupitos de peregrinos salpicados por nuestra misma ruta que respondían al grito de yebabaliiiiii!!!!! (nombre del templo que iban a visitar) y que se diferenciaban del resto de caminantes por sus mochilas y banderillas "logueadas" con el simbolo del santuario....
Y en un recondido lugar del Rajasthan, indicado por una "puerta" de entrada que nos desviaba del camino, se abriría un sendero que nos dejaría a las puertas de una formación de edificios enanos dispuestos casi en círculo. Un pozo tapado, un lavabo, dos cobertizos de obra (las aulas), otro más y más pequeño (despacho del director) y alguna edificación más e igual de pequeña de la que desconocemos la utilización. Esa sería la escuelita que nos recivirsía en este día. Y por supuesto, lxs niñxs, una treintena de sonrisitas y miradas dispersas por el lugar se agrupaban para comentar nuestra presencia y especular sobre lo que de ella resultaría aquella mañana.
Saludos al profesorado del centro en un inglés ajustadito, pequeños intercambios de bienvenida y afecto con el alumnado y , a falta de luz electrica, disposición de las guitarras y el espacio en una de las aulitas.
Y comienza el espectáculo, cada una de las canciones terminaba con un "tirón de aplausos", vaya, que se quedaban abasolutamente absortos con los que estaba ocurriendo. Diría que daba lo mismo cantar y moverse como quedarse parado, sus reacciones atónitas nos dejaban entre la incertidumbre de saber si les gustaba, si entendían que estaba ocurriendo o si sencillamente les encantaba pero estaban la mar de cómodos tal cual sentaditos y mirando.
Las canciones de nuevo se sucedían al igual que los finales silenciosos. Así y todo, bastaba con arrancar en aplausos por nuestra parte para que se sintieran invitados a participar de él y descansar esa especie de tensión que se formaba por unos instantes.
La última canción invitaba a los participantes, no solo a bailar y cantar, si no a salir del aula a un exterior que tal vez despejaría un poco más ese ambiente tan dificil de definir. Y entonces llegaron las pompas de jabón, ahí la cosa se animó con creces y pudimos disfrutar de unas caras alegres y unos comentarios que seguramente manifestaban (en hindi/rajastanés) la satisfacción del momento. Un buen rato estubimos haciendo y enviando pompas a los asistentes que se divertían con el simple hecho de saltar y petarlas con sus manos (empezasemos por ahí!!!!)
La despedida vino de la mano de un habitante del lugar que nos invitaba a participar de un refrigerio en una boda cercana que se estaba celebrando (o empezando a celebrar, ya que estaban familiares, amigos, comida, tabaco, dulces, música.... pero se celebraría al día siguiente).
Una humilde casita de obra sin enyesado en las paredes (como tantas en la india rural) y una especie de jaima delante de ella para acoger sombra y a todo el popuclacho invitado.
En un lado, la plana mayor de ancianos , con sus turbantes rosa fluorescente y bigotes acicalados, al otro el rincón para lxs niñxs, al otro para las mujeres (emperifolladas todas con los colores más dispares en sus saris), y al otro la cocina con un incesante trabajo realizado por un par de mujeres y unos cuantos hombre yendo y viniendo con alimentos, bebidas, enseres de cocina....
Unas fotos con el novio, otra con los ancianos tomando opio (ellos!!!...se ve que es típica la infusión de opio en el lugar) otra con lxs niñxs.... y tras probar algún dulce estilo "libanés", volvemos a montar el escuadrón en el jeep y a tomar la ruta de regreso al hotel.
Muy completita la mañana!!!
Una vez más, hemos podido comprobar la hospitalidad de la gente de la India Rural, resaltar que esta gente cuanto menos tiene más te ofrecen.
ResponderEliminar